VISION
Creemos que la iglesia cristiana debe influenciar también a la sociedad donde se desarrolla fuera de sus muros y no solamente dentro de ellos.
Esto para cumplir el propósito que el Señor Jesucristo nos dejó en la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).
Anhelamos pues, ser una parte activa de esta Gran Comisión a través de la predicación del evangelio de la gracia de Dios, el discipulado y las misiones mundiales.
Estamos convencidos que una de las principales necesidades del liderazgo espiritual actual es una mejor preparación teológica, por lo que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo en preparar a esta futura clase de líderes del reino de Dios.
Oramos que Vida Nueva para el Mundo pueda siempre ser dirigida por el Espíritu Santo, luchando y avanzando el reino de Dios en todo lugar, derribando fortalezas espirituales que se oponen al conocimiento de Dios, ofreciendo una esperanza viva a millones de personas que viven en tinieblas, respuestas a los principales problemas de la vida y extendiendo el amor de Dios a los necesitados y quebrantados de corazón.
Podemos ver así, a una nueva generación de valientes soldados del reino de Dios y llenos del Espíritu Santo para presentar defensa de nuestra fe y arrebatar las almas del enemigo.
MISION
La iglesia que Dios busca para mostrar Su poder es la que trabaja con una misma visión y bien dirigida por líderes maduros para que pueda formar parte de la Gran Comisión de nuestro Señor Jesucristo.
Existen cinco ministerios que deben ser prioridad de toda iglesia cristiana.
ORACIÓN (Efesios 3:20; 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17; 1 Timoteo 2:1-4)
La oración es el arma más poderosa que Dios nos ha revelado para cambiar las cosas y descubrir Su voluntad.
Esta es la razón por la cual nos hemos preocupado por levantar y aumentar las reuniones y los grupos de oración e intercesión.
Los corazones de hombres, mujeres, jóvenes y niños pueden experimentar la paz que hay cuando acudimos al trono de la gracia.
EVANGELISMO (Mateo 28:18-20; 2 Timoteo 4:5)
Es nuestra responsabilidad motivar a nuestros discípulos la pasión por las almas perdidas, pues, ¿de qué otra manera pueden salvarse las almas si no hay quien les predique?
Todo cristiano debe ser un testigo fiel de lo que el Señor ha hecho en su vida y la motivación a ganar las almas es básico en la vida de todo creyente y de toda iglesia.
DISCIPULADO (2 Timoteo 2:2)
Las personas dentro de cada iglesia deben de ser alimentadas y fortalecidas espiritualmente con la Palabra de Dios.
Es vital mantener con sumo cuidado el desarrollo de los estudios bíblicos con los discípulos principiantes y avanzados, vigilando continuamente su enseñanza para que crezcan en la gracia y conocimiento del Señor Jesucristo.
Todo cristiano tiene la responsabilidad de presentar defensa de la fe, instar, corregir, instruir, edificar y exhortar en todo tiempo.
MISIONES (Juan 17:18; Mateo 28:18-20)
Existen dentro de las iglesias muchos hombres y mujeres con un gran amor por las almas perdidas y con firmes convicciones de servir al Señor en otros lugares del mundo.
Cada pastor de la iglesia debe evaluar y discernir que estos misioneros potenciales realmente tenga este llamado genuino para servir al Señor en otras naciones o diversos lugares geográficos del mundo.
Estos discípulos deben ser apoyados espiritualmente y moralmente hasta el tiempo de su partida.
Y la iglesia debe orar constantemente por los lugares geográficos adonde el Señor les quiera enviar para que vayan a sembrar la preciosa semilla de la Palabra de Dios.
ALABANZA Y ADORACIÓN (Efesios 4:19; Salmos 149, 150)
Debemos empapar los corazones de esta nueva generación sedienta por aguas frescas con alabanzas que lleguen al mismo trono de Dios.
Cambiar, restaurar, alegrar y alentar a las almas es un gran desafío para todos nosotros.
Preparamos grupos de jóvenes discípulos vocalmente, en el uso de instrumentos musicales, coreografías y escenografías para mostrar al mundo entero que las aguas frescas de la alabanza y adoración sincera pueden estar llenas de amor a Su obra, de entusiasmo, energía y gran gozo, demostrando de esta manera nuestra gran gratitud y amor a nuestro Dios.
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